El éxito de la blockchain en salud requiere alinear intereses y despertar conciencia

24.10.2023 09:39 AM By Cris

Entrevistamos al Dr. Alberto Melón fundador de Crotalus Labs

La implantación definitiva de herramientas como la inteligencia artificial, la blockchain o el big data no es una cuestión tecnológica, sino de “alineación” de intereses y de despertar la conciencia de quienes nos vamos a beneficiar de su potencial: ciudadanos y profesionales sanitarios. Así lo ha trasladado el Dr. Alberto Melón, fundador de Crotalus Labs y MetaCare Health en esta entrevista. 

En tu bio de Twitter tu ubicación es Phygital: ¿Consideras que el profesional sanitario se desenvuelve o debería hacerlo en estos dos mundos?


Lo vamos a ir viendo. Creo que sí. Es algo a lo que tenemos que ir habituándonos en todos los planos, es decir, a nivel usuario como ciudadanos / pacientes, y a nivel de los profesionales sanitarios.


Es cierto que el sector sanitario siempre ha sido un poco tradicionalista en este sentido. Al margen de la consideración en la que tenemos la salud, es un sector fuertemente regulado, y en el que tradicionalmente hay bastante carga teórica por parte de los profesionales; de forma que la innovación tecnológica siempre ha sido un poco tardía. Esto es algo que se produce a nivel internacional en el sector y esto no iba a ser distinto.


Hoy en día, mis compañeros del sector clínico ven toda la revolución que estamos viviendo en materia de inteligencia artificial, salud y metaverso, etc. como algo muy lejano, y es normal, porque, por lo general, este tipo de avances primero conquistan el sector IT, el mercado general, y poco a poco van empapando la sanidad. Pero es algo que ha de venir más pronto que tarde, y, al final, es una de las aventuras en las que estoy más implicado. Mi objetivo es hacer llegar esto a los profesionales sanitarios de la forma más natural posible.


Tendemos a pensar en que la aplicación de la tecnología en la medicina engloba principalmente la telemedicina, la videoconsulta, la asistencia a distancia…y por ello se habla de las limitaciones que tiene. Obviamente las tiene, porque no es algo que venga a sustituir, sino que viene a complementar. Phygital es un concepto que me resultó especialmente interesante en este nuevo paradigma del metaverso por esa combinación, no sustitución de lo que es a nivel de datos, de representatividad; todo lo que podemos hacer digitalmente en combinación con la parte física. No es una palabra, es una invitación a los profesionales sanitarios a entrar en este mundo.

Poco a poco vamos viendo experiencias en el metaverso en el campo de la formación médica: ¿Crees que es el futuro? ¿Qué ventajas tiene?


Lo primero que me gusta hacer es definir bien los conceptos. Estamos hablando de algo que mucha gente aún no sabe lo que es. Es muy importante puntualizar esto, y máxime, en un sector tan crítico como el de la medicina.


Habitualmente, lo poco que se conoce, se piensa simplemente en realidad virtual, y hablar de hacer formación en el metaverso, suele llevarnos a pensar en formación a distancia en un entorno virtual. Esto ya se podía hacer antes, realmente no es un cambio de paradigma.


Pero, cuando hablamos de metaverso ahora hablamos de un cambio de paradigma que va acompañado de muchas tecnologías al mismo tiempo. Hablamos no solo de realidad virtual, sino de realidad aumentada. Si tuviéramos que hacer una lista con los posibles casos de uso de las posibilidades que ofrecen estas tecnologías en sanidad, tendríamos que estar hablando durante muchísimas horas. Es abrumador pensar en lo que ya se está haciendo.


El desafío no es generar un entorno virtual, sino hacerlo de forma simultánea con muchas personas en todo el mundo, con una conexión real, en la que la latencia sea mínima y la interacción sea humana y a una velocidad casi normal.


Todas estas tecnologías tienen que ir de la mano para conseguir ese nuevo paradigma de internet totalmente inmersivo. Las posibilidades en la salud son muchísimas: desde una identificación de los estudiantes en el área teórica hasta disponer de información superpuesta mediante realidad aumentada sobre los diagnósticos de un paciente a pie de cama; o la realización de ensayos clínicos de forma descentralizada.

Tienes una amplia formación en tecnologías como IA, blockchain… ¿Crees que es necesario formar a los médicos en estos aspectos?


La formacióndebe de ir orientada no tanto a los entresijos de estas herramientas como a sus aplicaciones prácticas. Ocurre con casi todas las tecnologías.


Si echamos la vista atrás, la llegada de internet a los hospitales hace 30 años en España supuso un cambio grande y asumirlo llevó tiempo; y eso que hablamos de una herramienta razonablemente básica.


Date cuenta, que, aquí hay un cambio de paradigma tecnológico: ¿qué conseguimos con los smartphones? Que algo que podría ser visualmente muy complicado, fuera muy sencillo: con iconos, pantallas táctiles y con interfaces muy intuitivas. Lo mismo sucedió con internet: al principio las páginas web eran feas, con texto plano y muy largo. Aquí hablamos de lo mismo.


No importa la complejidad de la tecnología que haya debajo. La finalidad es hacer la vida de las personas más fácil. El objetivo es que para el usuario no sea un problema, sino una solución.


Aún no hemos logrado la interoperabilidad entre los diferentes sistemas de información clínica de nuestro sistema sanitario. ¿Crees que el sistema está preparado para estas nuevas tecnologías y la interoperabilidad de los datos?


Este es un reto no solo a nivel nacional, sino mundial. Hay administraciones que han hecho esto muy bien como puede ser Israel, Estonia o Finlandia que tienen redes muy interesantes. Pero, actualmente, se sigue trabajando en el estándar HL7 de interoperabilidad de datos sanitarios o en la forma de homogeneizar las historias clínicas que son texto para poderlo estructurar bien.


Las herramientas para hacer esto ya existen, ahora falta la parte más dura: el consenso entre todas administraciones e instituciones públicas y privadas para poder hacer algo útil; y eso no es nada sencillo. Esto es algo clave, que va a ser más difícil de lo esperado. No depende de un avance tecnológico, sino de una “alineación de intereses” entre muchos sectores.


Es algo complicado desde el punto de vista humano más que tecnológico, pero las herramientas ya están ahí. Tenemos un rol muy complicado por delante que es formar a profesionales y a ciudadanos sobre la importancia que tienen sus datos y en la manera útil y eficiente de utilizarlos.


Garantizar la seguridad y la confidencialidad de nuestra información clínica es uno de los frenos que encontramos los ciudadanos y que nos lleva a desconfiar de estas herramientas: ¿cómo superar esta barrera?


Sí, esto da muestra de la complejidad de todo esto.


Podemos ser todo lo optimistas que queramos en cuanto a los plazos para disponer de un espacio común (como puede ser el Espacio Europeo de Datos Sanitarios), pero, esto se lleva intentando desde hace mucho tiempo. No es una cuestión de tecnología, es una cuestión de alinear intereses.


Todos sabemos cómo han levantado sus imperios empresas como Google, Facebook o Microsoft. Se escucha decir que “los datos son el nuevo petróleo”. No sé si es cierto o no, pero, desde luego, es lo que ha permitido a Google convertirse en el imperio que es hoy.


Y es lo que se está haciendo con ChatGPT y OpenAI. Son datos con los que se realizan operaciones que dan lugar a creación de valor. Esta es la cuestión a la hora de construir un estándar común. ¿Posibilidades? Todas las que se quieran y más.

Si se produjera esa alineación de intereses, los medios de los que disponemos, no solo a nivel de software y de ejecución de algoritmos de deep learning; sino de todo lo que está por venir en computación cuántica, podríamos dar avances en medicina en 2-4 años equivalentes a 40 años.


Es algo impresionante. No se trata de que la inteligencia artificial lo haga todo por nosotros, pero, el manejo de datos estructurados a una escala masiva, de una forma segura y anonimizada, tiene un potencial ilimitado.  El problema es que no hay una conciencia de ello. Hay mucho trabajo que hacer en este sentido; formar a las personas y despertar conciencia.


Eres fundador de Crotalus Labs, ¿en qué consiste este proyecto?


Crotalus Labs es el nombre de nuestra start-up que se configura como un ecosistema desde donde promovemos determinados proyectos y desde el que impulsamos la formación en estas nuevas tecnologías, tanto entre los profesionales sanitarios como entre los ciudadanos, para que estos últimos tomen un rol activo en su salud.


Dentro de este ecosistema, hemos lanzado MetaCare Health que es una plataforma de gestión de datos sanitarios. Podríamos definirlo como una especie de plataforma social en la que te conectas con un avatar (gemelo digital) y gestionas tus datos sanitarios de una forma segura, anonimizada y automática.


Somos un complemento a otras plataformas como Google Health o Apple Health. Las personas que utilicen smart watch o que quiera introducir sus datos de forma manual pueden obtener en nuestra plataforma una especie de “dibujo virtual automatizado” con esa información. De esta forma, generamos un gemelo digital de datos que permite acceder a información de forma inmediata e interoperable. Para las instituciones sanitarias esto tiene un valor económico en el mercado, no es algo teórico. Gracias a esta información, podemos devolver parte de este valor en forma de prestaciones, recomendaciones personalizadas, descuentos con socios estratégicos, etc. En resumen, MetaCare es tu avatar digital de salud que te acompaña allá donde vayas.

¿Qué aplicaciones tiene el blockchain en salud?

Habitualmente se tiende a malinterpretar este concepto. Más allá de cuestiones puramente económicas, tendemos a pensar en blockchain como una base de datos descentralizada, y no lo es. La tecnología blockchain se configura como registros distribuidos o descentralizados.

En cuestión de eficiencia, podemos pensar que las tecnologías de computación en la nube son suficientemente seguras e inmediatas en comparación con blockchain. Hay que tener en cuenta que por mucho que guardes en la nube, si esa nube está expuesta, también lo está todo lo que almacenas en ella.

"Sin embargo, blockchain es un registro indeleble, a prueba de cualquier tipo de modificación, que está al servicio de los datos de salud. Independientemente de donde guarde mis datos de salud (en la nube, servidor centralizado físico o virtual), podemos utilizar la blockchain para registrar los cambios de información, es decir, las transferencias. Las aplicaciones son infinitas".


Por ejemplo, ahora se está hablando mucho de la identidad digital descentralizada. Es una forma de gestionar a nivel económico y administrativo nuestra identidad de una forma digital y segura mediante un registro que esté oculto al resto de observadores y a la propia organización. No hay una organización central que accede a todos los datos, sino una plataforma transversal, con lo cual, quien quiere verificar tu información lo puede hacer sin revelar su contenido.

En el campo de los ensayos clínicos, por ejemplo, una de las aplicaciones principales son los llamados contratos inteligentes (smart contracts). Son programas informáticos que no dependen de una persona que los modifica y los controla. Están alojados en la cadena de bloques, lo que quiere decir que no se pueden modificar. En el mundo de la salud se está empezando a utilizar en lo que denominamos ensayos clínicos descentralizados.

Se podría automatizar un proceso, eliminando los intermediarios y los costes derivados de esos intermediarios. Por ejemplo, se podría automatizar la inclusión de una serie de criterios para meter pacientes en un ensayo clínico; o el cambio entre una rama de un medicamento u otro sin que tenga que procesarlo nadie. Al ser automatizado no podría modificarlo nadie.

La ventaja que tiene esto es que es como una promesa irrompible. Un paso más allá es combinar esto con los denominados oráculos. Son plataformas o redes descentralizadas que se encargan de validar la información proveniente de “puntos débiles” (información fuera de la blockchain que queremos añadir y que sí depende de una persona / organización). De esta forma, si esta información es de dudosa veracidad se anula solo ese punto de información y lo compensan con otros. A grandes rasgos es automatizar lo que está sucediendo en el mundo real con lo que está sucediendo en la blockchain.

Cris